El mundo de los 'pendrive' o memorias USB ha experimentado una revolución paralela a la movilidad de los dispositivos informáticos. Cada día se venden más accesorios electrónicos que permiten llevar la información, los vídeos, las fotos o la música, en recipientes cada vez más pequeños y ligeros. Las memorias USB han evolucionado hasta alcanzar capacidades sorprendentes para su reducidas dimensiones y también han evolucionado su diseño. Ya es posible encontrarlas con muchos motivos e incluso con figuras representativas de las artes o del mundo del espectáculo. Lo último es encontrarlo en forma de joya como este modelo de Emily Rothschild realizado en oro y que tiene un precio de 157 euros. Se trata de un colgante con un cierre que oculta un pequeñísimo 'pendrive' cuya capacidad de almacenamiento depende de las necesidades del usuario.
Una opción más modesta aunque para muchos más divertida es la de los Lego USB que por 21, 50 euros ponen a disposición de los amantes de los bloques educativos de toda la vida. Este formato realizado en el mismo plástico coloreado con el que juegan los niños permite unir o apilar diferentes memorias para que no se pierdan en los fondos de los cajones del escritorio. Además, se iluminan cuando están en uso y se pueden encontrar en diferentes tamaños, capacidades y colores.
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