Tras arrasar con el modelo Zeppelin Air como dispositivo de sonido para el iPhone, la prestigiosa marca Bowers & Wilkins ataca de nuevo con un monolito negro de bordes redondeados. La compañía británica que ya fuera una de las pioneras en integrar la tecnología AirPlay de Apple en sus equipos, apuesta ahora por una evolución del formato hacia un diseño más compacto y sobrio en dos tamaños diferentes. No cuenta, si quiera, con un puerto de carga ni panel de control que pueda romper la absoluta pulcritud de su diseño.
El A5 y el A7 son exactamente iguales en su estructura básica pero difieren en tamaño y también en potencia. Lo que B&W no ha cambiado es la obsesión por proporcionar un cómodo y fácil sistema para configurar y conectar sus equipos a los dispositivos de Apple. A la intuitiva forma nativa de gestionar los dispositivos de la manzana se une la posibilidad de descarga de una aplicación gratuita diseñada por Bowers & Wilkins para hacer de esta experiencia algo más completo y dinámico si cabe.
Si el modelo A5 está pensado para pasar desapercibido en cuanto a dimensiones, proporcionando un rendimiento acústico que poco tiene que envidiar a equipos mucho más grandes, las generosas dimensiones del A7 permiten disponer del espacio suficiente para albergar un altavoz de graves dedicado de 152 mm de diámetro que da una respuesta muy profunda y controlada incluso en estancias de grandes dimensiones. Además, la implementación de soluciones como los convertidores D/A capaces de escalar la resolución de cualquier señal de audio hasta 24 bits/96 kHz dan idea de hasta que punto se ha cuidado la electrónica interna de estos equipos.
El precio del modelo A5, más compacto, es de 499 euros y el del A7, con un formato algo mayor y más potencia, es de 799 euros.
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