“Es un navío minimalista y de líneas depuradas”, ha explicado Starck. Con una línea muy al estilo Apple: un exterior de aluminio muy ligero, con cubiertas de madera de teca planas, libres de detalles y características innecesarias. Sorprende ya desde el principio, al entrar en la cabina de mando, que está formada por siete iMacs de 27 pulgadas que ofrecen toda la información sobre los controles y los datos de navegación necesarios para el correcto funcionamiento de la embarcación.
Jobs puso todo su empeño, al final de su vida, en que no se descuidara ni el más mínimo detalle de lo que fue su último sueño. Tanto fue así, que debido a su especial celo por los detalles, falleció el 5 de octubre de 2011 sin verlo terminado a causa, fundamentalmente, del nivel de perfección que quería alcanzar.
Venus, que así se llama la embarcación, ha hecho su primera aparición pública en la ciudad holandesa de Aalsmeer, en la dársena del astillero holandés Royal de Vries, justo un año después de la muerte del fundador de Apple. Con una longitud aproximada de 75 metros, 280 pies de eslora, el yate se está terminando de construir en una localidad al sur de Amsterdam. Cuando finalicen los últimos trabajos, la nave será embarcada en un carguero rumbo a Estados Unidos.
La botadura de Venus fue presenciada por la viuda Laurene Powell Jobs y los hijos Reed, Erin y Eve, que han obsequiado a todos los trabajadores que participan en la construcción con un iPod Suffle, con el nombre del barco grabado en la parte posterior y una nota de agradecimiento por el esfuerzo dedicado: "Gracias por vuestro duro trabajo y vuestra destreza".
El equipo de ingenieros que trabajan en los astilleros llevan ya seis años dedicados por completo a la embarcación. En este tiempo, han estado bajo la dirección del jefe de diseñadores de Apple, Jonathan Ive, al que Jobs hizo el especial encargo de investigar un vidrio especial capaz de soportar la estructura básica de la nave. En concreto, los gigantescos paneles de cristal de la zona principal, que son de una enorme superficie de cuarenta pies de largo por diez de ancho, y que van prácticamente del suelo al techo de la estancia.
Steve Jobs dejó dos grandes proyectos pendientes a su muerte: el diseño del coche iCar, del que algunos privilegiados han podido tener conocimiento, y que se dice podría haber revolucionado el sector automovilístico mundial; y este yate de lujo que no llegó a disfrutar.
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