Cuando el grupo Bon Jovi organizaba su gira europea, vieron que tenían que atravesar España sin posibilidad de tocar en ningún lugar. Al preguntar, porqué no había demanda para actuar en Madrid o Barcelona, les dijeron que el elevado coste de las entradas hacía inviable la actuación. Entonces, los miembros del grupo decidieron renunciar a sus honorarios a cambio de que los tickets tuvieran un 'precio amigo'.
Esto propició que el 15 de marzo, cuando se pusieron a la venta las entradas en el estadio Vicente Calderón de Madrid del 27 de junio, se agotaran en menos de un mes. El precio de los tickets estaba entre los 18 y 39 euros, lo que daba derecho a un show exactamente igual al que darán en el resto del mundo, pero por un precio tres veces menor. Según, el cantante de la banda "cuando estábamos diseñando la gira de presentación de nuestro último disco,'What about now', hicimos un estudio y vimos que, debido a la situación económica, España no entraba en la hoja de ruta. Sin embargo, no quería dejar tirados a los fans de un país que me encanta y me ha tratado tan bien durante 30 años", ha explicado. El público ha pagado única y exclusivamente para sufragar los sueldos de los operarios, encargados del montaje del escenario y el resto de servicios. La banda carga con los gastos ocasionados de su puesta en escena sin recibir ni un euro por su actuación.
Los 55.000 espectadores que llenaron las gradas del estadio, han tenido ocasión de disfrutar de un intenso concierto de más de tres horas, en las que aparecieron prácticamente todos los clásicos del grupo y algunas canciones del último disco. La escenografía, una gigantesca réplica del elegante morro de 30 metros de un vehículo mítico como el Buick Electra, ocupaba todo el escenario con sus enormes faros. El radiador del vehículo plagado de infinidad de pantallas gigantes que emitían imágenes al ritmo de la música. El mastodóntico mosaico pop se adapta al rock melódico de Bon Jovi a la perfección, lo que añade un extra de épica que hace vibrar al público.
El espectáculo rompió la tranquiliad de la noche con ‘That’s what the water made me’, a la que siguieron las vibrantes ‘You give love a bad name’, ‘Raise your hands’ y ‘Runaway’, que hizo enardecer a un público entregado desde el primer momento. En esos instantes, un gigantesco mosaico compuesto por el público transformó el estadio en un inmenso manto rojo y amarillo.
Los siguientes temas en sonar fueron 'Lost highway' y 'Born to be my baby', hasta que la banda atacó el '‘It’s my life'’, salvajemente coreada por los asistentes. «Quiero daros las gracias porque España es uno de los países donde mi último disco ha sido número uno», dijo el cantante, antes de interpretar ‘Because we can’ y ‘What about now’, que estuvieron animadas con unos dibujos en las pantallas con símbolos como el de la paz en un alegato de intenciones muy explícito.
Tras ‘We got it goin’ on’, Jon se atrevió a hacer una especie de rap rock que la gente siguió y respondió mayoritariamente. El cantante, lo agradeció con un "Qué grandes sois. Por este tipo de cosas es por las que quería venir a España". Fue el momento de otros grandes clásicos como 'Living on a prayer', 'You give love a bad name', 'Who says you can't go home'... hasta que Jon Bon Jovi se colocó en el centro del escenario con una bandera española.
Como consejo ante la crisis se sacó de la manga el tema ‘Keep the faith’ al que acompañó de un "tenéis que mantener la fe", aseguró el cantante, como espíritu inspirador para superar estos momentos. La euforia generalizada se mantuvo incluso en los temas 'We weren’t born to follow' y su versión del ‘Rockin’ all over the world’ de John Fogerty.
En los bises sonaron ‘Love’s the only rule’, ‘Wanted dead or alive’, ‘What’s left of me’ y ‘Have a nice day’. Entonces, el cantante apareció con una camiseta de la selección española de fútbol y anunció que el equipo español había " ganado a Italia y jugará contra Brasil la final. ¡Enhorabuena!", en referencia a la Copa de las Confederaciones. Tras lo que se arrancó con ‘Livin’ on a prayer’, en una interpretación intensa y hasta salvaje en algunos momentos. Al finalizar el tema, el batería de origen cubano Tico Torres, se dirigió al público en un castellano con acento caribeño para mostrar la sintonía de la banda con el público español. Entre los fans había cierta expectación por comprobar si el sonido de la banda se resentía tras la reciente deserción de Richie Sambora. Por lo visto y escuchado durante la noche, el veterano guitarrista canadiense Phil X, lo suple a las mil maravillas. ‘Always’ y ‘These days’ fueron las guindas que cerraron el concierto de casi tres horas y unas 27 canciones.
Al finalizar el concierto, los tres miembros del grupo, salieron para atender a la prensa y agradecer la buena respuesta del público español.
Esto propició que el 15 de marzo, cuando se pusieron a la venta las entradas en el estadio Vicente Calderón de Madrid del 27 de junio, se agotaran en menos de un mes. El precio de los tickets estaba entre los 18 y 39 euros, lo que daba derecho a un show exactamente igual al que darán en el resto del mundo, pero por un precio tres veces menor. Según, el cantante de la banda "cuando estábamos diseñando la gira de presentación de nuestro último disco,'What about now', hicimos un estudio y vimos que, debido a la situación económica, España no entraba en la hoja de ruta. Sin embargo, no quería dejar tirados a los fans de un país que me encanta y me ha tratado tan bien durante 30 años", ha explicado. El público ha pagado única y exclusivamente para sufragar los sueldos de los operarios, encargados del montaje del escenario y el resto de servicios. La banda carga con los gastos ocasionados de su puesta en escena sin recibir ni un euro por su actuación.
Los 55.000 espectadores que llenaron las gradas del estadio, han tenido ocasión de disfrutar de un intenso concierto de más de tres horas, en las que aparecieron prácticamente todos los clásicos del grupo y algunas canciones del último disco. La escenografía, una gigantesca réplica del elegante morro de 30 metros de un vehículo mítico como el Buick Electra, ocupaba todo el escenario con sus enormes faros. El radiador del vehículo plagado de infinidad de pantallas gigantes que emitían imágenes al ritmo de la música. El mastodóntico mosaico pop se adapta al rock melódico de Bon Jovi a la perfección, lo que añade un extra de épica que hace vibrar al público.
El espectáculo rompió la tranquiliad de la noche con ‘That’s what the water made me’, a la que siguieron las vibrantes ‘You give love a bad name’, ‘Raise your hands’ y ‘Runaway’, que hizo enardecer a un público entregado desde el primer momento. En esos instantes, un gigantesco mosaico compuesto por el público transformó el estadio en un inmenso manto rojo y amarillo.
Los siguientes temas en sonar fueron 'Lost highway' y 'Born to be my baby', hasta que la banda atacó el '‘It’s my life'’, salvajemente coreada por los asistentes. «Quiero daros las gracias porque España es uno de los países donde mi último disco ha sido número uno», dijo el cantante, antes de interpretar ‘Because we can’ y ‘What about now’, que estuvieron animadas con unos dibujos en las pantallas con símbolos como el de la paz en un alegato de intenciones muy explícito.
Tras ‘We got it goin’ on’, Jon se atrevió a hacer una especie de rap rock que la gente siguió y respondió mayoritariamente. El cantante, lo agradeció con un "Qué grandes sois. Por este tipo de cosas es por las que quería venir a España". Fue el momento de otros grandes clásicos como 'Living on a prayer', 'You give love a bad name', 'Who says you can't go home'... hasta que Jon Bon Jovi se colocó en el centro del escenario con una bandera española.
Como consejo ante la crisis se sacó de la manga el tema ‘Keep the faith’ al que acompañó de un "tenéis que mantener la fe", aseguró el cantante, como espíritu inspirador para superar estos momentos. La euforia generalizada se mantuvo incluso en los temas 'We weren’t born to follow' y su versión del ‘Rockin’ all over the world’ de John Fogerty.
En los bises sonaron ‘Love’s the only rule’, ‘Wanted dead or alive’, ‘What’s left of me’ y ‘Have a nice day’. Entonces, el cantante apareció con una camiseta de la selección española de fútbol y anunció que el equipo español había " ganado a Italia y jugará contra Brasil la final. ¡Enhorabuena!", en referencia a la Copa de las Confederaciones. Tras lo que se arrancó con ‘Livin’ on a prayer’, en una interpretación intensa y hasta salvaje en algunos momentos. Al finalizar el tema, el batería de origen cubano Tico Torres, se dirigió al público en un castellano con acento caribeño para mostrar la sintonía de la banda con el público español. Entre los fans había cierta expectación por comprobar si el sonido de la banda se resentía tras la reciente deserción de Richie Sambora. Por lo visto y escuchado durante la noche, el veterano guitarrista canadiense Phil X, lo suple a las mil maravillas. ‘Always’ y ‘These days’ fueron las guindas que cerraron el concierto de casi tres horas y unas 27 canciones.
Al finalizar el concierto, los tres miembros del grupo, salieron para atender a la prensa y agradecer la buena respuesta del público español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario