Se llama Kirobo y es el primer robot astronauta. Como androide, es todo un pionero, desde hace más de un mes se encuentra en la Estación Espacial Internacional (ISS) y, por ende, es también el primero en viajar al espacio en una nave espacial desde la Tierra, para convertirse en miembro de facto de la tripulación de la ISS.
El humanoide, creado en Japón, responde a un diseño específico que lo habilita para conversar con los astronautas y hacerles compañía. Ha viajado solo en una nave no tripulada, y permanecerá en el espacio hasta el año 2014. Ahora mismo, se encuentra a la espera de que, en el mes de noviembre, llegue el ingeniero japonés Koichi Wakata, al que saludará como un viejo amigo, gracias su software de reconocimiento de voz y también facial, ya que Kirobo tuvo ocasión de charlar con él antes de ser enviado a esta misión. La idea es que ambos mantengan la primera conversación entre un ser humano y un androide en el espacio.
Kirobo conversará en japonés con Wakata, guardando imágenes y vídeos de esas charlas, que transmitirá en forma de fotografías, archivos de audio y pequeñas películas. El objetivo final de esta misión, es estudiar si las máquinas pueden proporcionar apoyo emocional a los seres humanos que se encuentran en situaciones de aislamiento tan exigentes como las que experimentan los astronautas.
Kirobo tiene las dimensiones de un pequeño robot de juguete, de tan sólo 34 centímetros de alto y un peso de un kilo, pero en su interior aloja una compleja red de cables, cámaras, sensores, capaces de aprender de sus errores, para ir perfeccionando su funcionamiento en poco tiempo. En la Tierra, se ha quedado un androide gemelo, llamado Mirata, que está sincronizado a la perfección con Kirobo, para monitorizar toda su actividad, y actuar como interface física exacta en caso de que surja cualquier tipo de imprevisto.
El día de su lanzamiento, Kirobo quiso emular a Neil Armstrong, al despedirse de los periodistas que cubrían el evento con las palabras: “Este es un pequeño paso para mí, pero un gran salto para los robots”.
El humanoide, creado en Japón, responde a un diseño específico que lo habilita para conversar con los astronautas y hacerles compañía. Ha viajado solo en una nave no tripulada, y permanecerá en el espacio hasta el año 2014. Ahora mismo, se encuentra a la espera de que, en el mes de noviembre, llegue el ingeniero japonés Koichi Wakata, al que saludará como un viejo amigo, gracias su software de reconocimiento de voz y también facial, ya que Kirobo tuvo ocasión de charlar con él antes de ser enviado a esta misión. La idea es que ambos mantengan la primera conversación entre un ser humano y un androide en el espacio.
Kirobo conversará en japonés con Wakata, guardando imágenes y vídeos de esas charlas, que transmitirá en forma de fotografías, archivos de audio y pequeñas películas. El objetivo final de esta misión, es estudiar si las máquinas pueden proporcionar apoyo emocional a los seres humanos que se encuentran en situaciones de aislamiento tan exigentes como las que experimentan los astronautas.
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