Lo que hace unos años parecía imposible en el sector de la telefonía móvil, puede estar a punto de producirse. El clamor popular que demandaba, desde hace tiempo, una fuente de alimentación compatible con todos los modelos de smartphone disponibles en el mercado, puede hacerse realidad en los próximos años.
La Unión Europea ha cerrado un acuerdo de principios sobre las nuevas normas que han de regir los equipos radioeléctricos que se comercialicen en la CE. En dicha normativa, se incluye el obligado compromiso por parte de los fabricantes de teléfonos móviles que se vendan en el mercado comunitario, la total compatibilidad con un cargador común, con el objetivo de abaratar costes a los consumidores y reducir la contaminación que genera el sector.
El acuerdo debe ser ratificado por los gobiernos de todos los países europeos y por la eurocámara, en torno al mes de marzo del año 2014. Una vez entre en vigor, los países tendrán un plazo de dos años para trasladar las nuevas reglas a sus legislaciones nacionales. La nueva exigencia se enmarca dentro de un paquete más amplio de medidas, destinadas a regular los equipos radioeléctricos que incluyen dispositivos como modems o mandos a distancia, con las que se quieren armonizar las posibles interferencias de unos aparatos sobre otros, así como su incidencia en materias como la seguridad o salud de la población.
«Este acuerdo aumenta la seguridad», ha explicado la eurodiputada Barbara Weiler, responsable de las negociaciones con el Consejo, porque prevé también reducir la burocracia de los compradores al tiempo que se aumentan los controles del mercado. Weiler también ha destacado, que ha resultado duro llegar a un acuerdo para obligar a los fabricantes, a que sus teléfonos móviles sean compatibles con un cargador de batería universal, «pese a las dudas iniciales del Consejo y la Comisión», los beneficios acabarán llegando a los consumidores.
La Unión Europea ha cerrado un acuerdo de principios sobre las nuevas normas que han de regir los equipos radioeléctricos que se comercialicen en la CE. En dicha normativa, se incluye el obligado compromiso por parte de los fabricantes de teléfonos móviles que se vendan en el mercado comunitario, la total compatibilidad con un cargador común, con el objetivo de abaratar costes a los consumidores y reducir la contaminación que genera el sector.
El acuerdo debe ser ratificado por los gobiernos de todos los países europeos y por la eurocámara, en torno al mes de marzo del año 2014. Una vez entre en vigor, los países tendrán un plazo de dos años para trasladar las nuevas reglas a sus legislaciones nacionales. La nueva exigencia se enmarca dentro de un paquete más amplio de medidas, destinadas a regular los equipos radioeléctricos que incluyen dispositivos como modems o mandos a distancia, con las que se quieren armonizar las posibles interferencias de unos aparatos sobre otros, así como su incidencia en materias como la seguridad o salud de la población.
«Este acuerdo aumenta la seguridad», ha explicado la eurodiputada Barbara Weiler, responsable de las negociaciones con el Consejo, porque prevé también reducir la burocracia de los compradores al tiempo que se aumentan los controles del mercado. Weiler también ha destacado, que ha resultado duro llegar a un acuerdo para obligar a los fabricantes, a que sus teléfonos móviles sean compatibles con un cargador de batería universal, «pese a las dudas iniciales del Consejo y la Comisión», los beneficios acabarán llegando a los consumidores.
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