'Del mito al hombre' no es lo mismo que 'el largo camino hacia la libertad'. Lo primero es lo primero, y aunque la traducción del título al español, de la película más ambiciosa rodada sobre el líder sudafricano, puede resumir el contenido argumental de la misma, no tiene la fuerza del original 'Long walk to freedom'. Y es que, si hay una frase que da sentido a la vida de Mandela, es precisamente esa: 'el largo camino hacia la libertad', y no tanto, la comentada 'del mito al hombre'.
Lástima que, siendo un documento visual tan importante, plagado de hitos históricos para su país y para el mundo, la cinta no tenga la fuerza que merece un personaje de tanta repercusión mediática. El film, traslada a imágenes, gran parte del libro 'Mandela, un largo camino hacia la libertad', publicado en 1994. La obra literaria es fruto de un completo y exhaustivo trabajo de búsqueda y documentación, para oficializar los acontecimientos más destacados de la vida de Madiba. Sin embargo, la película, al querer contar un periodo tan extenso, se disgrega en momentos concretos, en los que el espectador desearía profundizar algo más en las motivaciones de los personajes, como puede ser el caso del conflicto con Winnie Madikizela.
Esas carencias, como decimos, vienen derivadas de un desmedido afán por querer resumir un periodo de 75 años, en un film que dura 140 minutos, pretendiendo además, darle un cierto carácter de documental histórico contrastado. La tarea es poco menos que imposible, máxime si se parte de la niñez del personaje, hasta el momento en el que asume la Presidencia de Sudáfrica, tras la victoria del Congreso Nacional Africano en las elecciones del 27 de abril de 1994.
Al margen de los desatinos del guión y la dirección, asistimos a una magistral interpretación de la actriz Naomie Harris, en el papel de la mujer del líder sudafricano, la también líder revolucionaria Winnie Makikezela-Mandela. La propia Winnie, ha manifestado que se quedó "sin palabras" al ver las imágenes de la película, de las que destaca, la fidelidad con la que se ha plasmado el dolor que sufrieron. "Debemos recordar de dónde venimos y lo duro que fue conseguir la libertad que ahora disfrutamos, porque tuvo un coste muy alto", ha declarado la ex-mujer del líder sudafricano.
En cualquier caso, esta película es la producción más cara y de mayores dimensiones que se ha realizado nunca en Sudáfrica. En su gestación, se han empleado más de quince años para hacerla realidad. Al menos eso afirma Anant Singh, el productor, al que el propio Mandela cedió los derechos de las memorias, por encima de los abultados cheques de varios estudios de Hollywood. "Es una historia sudafricana y quiero que seas tú quien la cuente", dice Singh, que le dijo Madiba.
Uno de los mejores momentos del film, aunque parezca anecdótico, son los títulos de crédito, ilustrados con fotos reales de algunos de los momentos más significativos de la vida de Mandela, acompañados por los acordes de la canción 'Ordinary love', compuesta por el grupo U2 especialmente para la película.
Aunque se han rodado numerosas películas en torno a la figura de Mandela, casi todas se han centrado en una etapa concreta de la vida del personaje: 'Adiós Bafana' (2007), que cuenta la comprensiva amistad con su carcelero; 'Invictus' (2009), dirigida por Clint Eastwood, en los primeros momentos del mandato de Mandela tras el desmantelamiento del Apartheid; o el telefilme 'Mandela and De Klerk' (1997), sobre las negociaciones para su salida de la cárcel con el Gobierno sudafricano presidido por De Klerk.
Lástima que, siendo un documento visual tan importante, plagado de hitos históricos para su país y para el mundo, la cinta no tenga la fuerza que merece un personaje de tanta repercusión mediática. El film, traslada a imágenes, gran parte del libro 'Mandela, un largo camino hacia la libertad', publicado en 1994. La obra literaria es fruto de un completo y exhaustivo trabajo de búsqueda y documentación, para oficializar los acontecimientos más destacados de la vida de Madiba. Sin embargo, la película, al querer contar un periodo tan extenso, se disgrega en momentos concretos, en los que el espectador desearía profundizar algo más en las motivaciones de los personajes, como puede ser el caso del conflicto con Winnie Madikizela.
Esas carencias, como decimos, vienen derivadas de un desmedido afán por querer resumir un periodo de 75 años, en un film que dura 140 minutos, pretendiendo además, darle un cierto carácter de documental histórico contrastado. La tarea es poco menos que imposible, máxime si se parte de la niñez del personaje, hasta el momento en el que asume la Presidencia de Sudáfrica, tras la victoria del Congreso Nacional Africano en las elecciones del 27 de abril de 1994.
Al margen de los desatinos del guión y la dirección, asistimos a una magistral interpretación de la actriz Naomie Harris, en el papel de la mujer del líder sudafricano, la también líder revolucionaria Winnie Makikezela-Mandela. La propia Winnie, ha manifestado que se quedó "sin palabras" al ver las imágenes de la película, de las que destaca, la fidelidad con la que se ha plasmado el dolor que sufrieron. "Debemos recordar de dónde venimos y lo duro que fue conseguir la libertad que ahora disfrutamos, porque tuvo un coste muy alto", ha declarado la ex-mujer del líder sudafricano.
En cualquier caso, esta película es la producción más cara y de mayores dimensiones que se ha realizado nunca en Sudáfrica. En su gestación, se han empleado más de quince años para hacerla realidad. Al menos eso afirma Anant Singh, el productor, al que el propio Mandela cedió los derechos de las memorias, por encima de los abultados cheques de varios estudios de Hollywood. "Es una historia sudafricana y quiero que seas tú quien la cuente", dice Singh, que le dijo Madiba.
Uno de los mejores momentos del film, aunque parezca anecdótico, son los títulos de crédito, ilustrados con fotos reales de algunos de los momentos más significativos de la vida de Mandela, acompañados por los acordes de la canción 'Ordinary love', compuesta por el grupo U2 especialmente para la película.
Aunque se han rodado numerosas películas en torno a la figura de Mandela, casi todas se han centrado en una etapa concreta de la vida del personaje: 'Adiós Bafana' (2007), que cuenta la comprensiva amistad con su carcelero; 'Invictus' (2009), dirigida por Clint Eastwood, en los primeros momentos del mandato de Mandela tras el desmantelamiento del Apartheid; o el telefilme 'Mandela and De Klerk' (1997), sobre las negociaciones para su salida de la cárcel con el Gobierno sudafricano presidido por De Klerk.
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