La cantante Vinila von Bismark se muestra exultante por el nuevo reto artístico que se abre en su carrera. Anuncia álbum en solitario para finales del mes de abril de 2014. La artista granadina, da un paso lógico en su carrera musical, que demuestra su valentía, al acuñar un estilo más personal, sin renegar de su lado más rockero.
Ahora se muestra más primaria, mostrando otros matices, otros tempos y, por primera vez, en sus letras, deja entrever de forma más sincera la fragilidad y la persona que hay detrás del personaje.
El título del disco es una metáfora para definir ese particular estilo, en un álbum difícil de encasillar. En 'A place with no name', asistimos a la confluencia de atmósferas elegantes y, por momentos, densa oscuridad, combinados con ritmos hipnóticos, cargados de exotismo y sensualidad. También, hay espacio para los temas más cercanos, en los que la cantante deja patente su apego a la tierra que la vio nacer. Estas piezas, resultan más vibrantes, con ritmos y melodías de reminiscencias árabes y mediterráneas, y ese toque rock, que no podía faltar en una creación de la artista.
El disco se ha grabado en los míticos estudios Valentim de Carvalho, fundados en los años sesenta, en Paço de Arcos, Lisboa. Un espacio mítico, en el que han grabado artistas como la reina del Fado, Amalia Rodrigues, o los Rolling Stones. Vinila se ha rodeado de un buen grupo de solventes músicos de la escena madrileña, como Javier Geras, en el bajo eléctrico y el contrabajo, J.M. Rubio a la batería, Gabriel Casanova al piano y teclados, y Omar Deltrueno a la guitarra.
La producción ha corrido a cargo de Paulo Furtado, conocido como 'The legendary tiger man'. Ha sido la propia Vinila, quien se ha decantado por su especial manera de entender la música, y su capacidad para innovar en géneros como el blues o el rock. Precisamente, esta habilidad es la que ha convertido al músico portugués en uno de los artistas más respetado e interesante del panorama musical europeo. Furtado ha sabido encontrar el sonido que la von Bismark quería darle a cada tema de su nuevo trabajo.
Ahora se muestra más primaria, mostrando otros matices, otros tempos y, por primera vez, en sus letras, deja entrever de forma más sincera la fragilidad y la persona que hay detrás del personaje.
El título del disco es una metáfora para definir ese particular estilo, en un álbum difícil de encasillar. En 'A place with no name', asistimos a la confluencia de atmósferas elegantes y, por momentos, densa oscuridad, combinados con ritmos hipnóticos, cargados de exotismo y sensualidad. También, hay espacio para los temas más cercanos, en los que la cantante deja patente su apego a la tierra que la vio nacer. Estas piezas, resultan más vibrantes, con ritmos y melodías de reminiscencias árabes y mediterráneas, y ese toque rock, que no podía faltar en una creación de la artista.
El disco se ha grabado en los míticos estudios Valentim de Carvalho, fundados en los años sesenta, en Paço de Arcos, Lisboa. Un espacio mítico, en el que han grabado artistas como la reina del Fado, Amalia Rodrigues, o los Rolling Stones. Vinila se ha rodeado de un buen grupo de solventes músicos de la escena madrileña, como Javier Geras, en el bajo eléctrico y el contrabajo, J.M. Rubio a la batería, Gabriel Casanova al piano y teclados, y Omar Deltrueno a la guitarra.
La producción ha corrido a cargo de Paulo Furtado, conocido como 'The legendary tiger man'. Ha sido la propia Vinila, quien se ha decantado por su especial manera de entender la música, y su capacidad para innovar en géneros como el blues o el rock. Precisamente, esta habilidad es la que ha convertido al músico portugués en uno de los artistas más respetado e interesante del panorama musical europeo. Furtado ha sabido encontrar el sonido que la von Bismark quería darle a cada tema de su nuevo trabajo.
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