Según la prestigiosa publicación The New Yorker, Jonathan Ive, vicepresidente ejecutivo de diseño de la compañía Apple, es buen amigo del director de la película, J.J. Abrams. Ambos se han reunido en más de una ocasión para contrastar ideas y estudiar la posibilidad de diseñar una nueva espada láser para alguno de los personajes. Aunque en un primer momento Abrams dijo que en su película iba a “reflejar esas ideas”, Jony Ive ha explicado que no se habló en ningún momento de una espada cruzada sino que él defendió la idea de que “sería interesante si fuera más imprecisa, más extraña y primitiva y, por tanto, más siniestra”.
La espada que ya es conocida como el sable templario, ha sido defendida fervorosamente por Abrams con el argumento de que “hubo varias ideas y discusiones. Todo comenzó a raíz de un boceto que posteriormente fructificó en lo que habéis visto. Estas cosas no se deciden sin haber hablado largo y tendido sobre el asunto, y resulta curioso ver cómo la gente discute los mismos aspectos que nosotros pero a la inversa”, ha explicado el director del film.
No hay comentarios:
Publicar un comentario